sábado, 15 de octubre de 2011

"¡Macho!", dijo la partera.


En el imaginario colectivo, el nombre Carlos Monzón remite inmediatamente a conceptos relacionados con los golpes, el boxeo, la rudeza, las masculinidad.

Pero siempre hay una excepción. En la carrera cinematográfica del campeón mundial de peso mediano entre 1970 y 1977, hay un detalle que nada tiene que ver con esa imagen de "macho argentino" con la que siempre se lo identificó.

En el año 1974, Leonardo Favio dirigió su octava película titulada "Soñar, soñar". La protagonizaron Gianfranco Pagliaro (Mario) y Monzón (Charly). El primero era un cantante/actor que recorría el país presentando su show musical. En un pueblito del interior del país, Charly, conoce a Mario y decide acompañarlo en su vuelta a Buenos Aires para cumplir su gran sueño: ser un artista.

Lo importante es el detalle de que Monzón pasa, los 85 minutos que dura la película, llorando y en determinado momento trasciende los límites de lo predecible. Luego de decir "¿no le sobra uno?", se ve a Monzón con su cabeza llena de ruleros, como cualquier señora de 60 años que vemos por nuestro barrio.

Sin desmerecer la trama, ni la actuación de Pagliaro, Monzón y su continuo llanto se llevan la película. Una perlita que todos deberían saber.....


Imágenes de la película:

Hakuna Matata, sea un niño por un día

Parece que en esta era moderna, tener 23 años y no haber visto "El Rey León" es un sacrilegio. Un pecado abominable. Un insulto a la infancia. Casi un crimen.

Cansada de que mi novio, mis amigos, hasta individuos desconocidos (kiosqueros, camareras, etc.) me odien y no entendiera que recién ahora Disney me atrae; decidí verla aprovechando que la proyectan en 3D.

Como si fuera un estreno, tuve que reservar la entrada casi con una semana de antelación. Toda una novedad. El cine para mí es algo espontáneo, nada de premeditación. Pero según decían todos, valía la pena.

Ya en el cine, me dediqué a observar las personas que formaban la fila para la sala 10. Ninguno superaba los 15 años. Ninguno. Tampoco ninguno superaba las 30. Parejitas de adolescentes, grupitos de amigos, hasta algún que otro valiente solo. Todos enfilados, esperando, volver a ser chicos otra vez.

Admito que no soy muy adepta a las películas 3D. Me cansan los ojos, y siempre salgo con dolor de cabeza. Pero ya estaba ahí. Con los anteojos (perfectamente esterilizados según la empresa) entré a la sala y me ubiqué en mi lugar estratégicamente seleccionado.

Bastaron con 10 minutos de película, para que se comenzaran a escuchar los sollozos. Y la emoción no distiguía géneros. El pequeño Simba perdía a su padre y la sala se hundía en un silencio sepulcral. Más tarde, vinieron las risas de la mano de los cómicos Timón y Pumba y su "Hakuna Matata". Y, afortunadamente, como toda película para niños, debe haber un final feliz.

En el caso de que usted sea unos de esos freaks (como quien es les escribe) y no haya visto la película, no es mi intención arruinarle el final. Pero sepa que no está yendo a ver una obra maestra del cine. Estará yendo a un viaje que durará una hora y media. Un viaje a la infancia.


lunes, 3 de octubre de 2011

Michael J. Fox, ejemplo de cine y de vida.

No supe su nombre, hasta por lo menos, mis doce años. Hasta el 2000, Michael J. Fox para mí fue Marty McFly. Nunca supe que había actuado en más de una veintena de películas y series. Para mí todo ese tiempo, fue nada más que el personaje de "Volver al Futuro".

Así como para mí (y para muchos) "Volver al Futuro" fue un antes y un después en la vida, Michael J. Fox también tuvo uno no muy agradable: el Parkinson.

En 1990, mientras filmaba la película "Doc Hollywood" comenzaron a aparecerle los primeros síntomas de la enfermedad. Según el mismo Fox contó, primero intentó negar el deterioro de su salud. En 1991, sumido en una profunda depresión luego de obtener el diagnóstico correcto, comenzó a beber asiduamente. Más tarde, con la ayuda de su esposa, Tracy Pollan, comenzó a consumir la medicación adecuada (Sinemet) y se practicó una Talamotomía (una intervención quirurjica que extirpa parte del tálamo y disminuye los síntomas del Parkinson).

Recién en 1998, Fox hizo pública su enfermedad y comenzó a involucrarse activamente en el estudio de los síntomas de la enfermedad del Parkinson. En el año 2000, creó la fundación que lleva su nombre y que promueve y solventa la investigación para lograr una cura para la enfermedad, a través del controvertido estudio de células madre.

En 2006, se expresó a favor de la candidatura de Claire McCaskill del Partido Demócrata por el conocido apoyo de la funcionaria al estudio de células madres. Se presentó en un impactante corto propagandístico, con los síntomas visibles del Parkinson, y dijo:  "Cómo puedes saber, me importa profundamente la investigación sobre células madre. En Missouri, puedes elegir a Claire McCaskill, quien comparte mi esperanza por las curas. Desafortunadamente, el senador Jim Talent se opone a ampliar la investigación en células madre. El senador Talent incluso quería criminalizar la ciencia que nos da la esperanza. Dicen que el éxito de los políticos está directamente ligado a su habilidad para entender los asuntos de sus electores, pero ese no siempre es el caso. Lo que haces en Missouri le importa a millones de estadounidenses, estadounidenses como yo". (Para ver el comercial cliqueá acá).

A pesar de haber oficializado su retiro definitivo de la actuación, Fox tuvo participaciones en la comedia Scrubs, Boston Legal, Rescue Me (Actualmente en FOX) y The Good Wife (Actualmente en Universal Channel).



                     

sábado, 1 de octubre de 2011

Volverte a ver: Reestreno TOP GUN

Hay películas que promeven el amor, que promueven la paz, o sólo la violencia. Y hay películas pro-yankies.

Corría el año 1986 y la Guerra Fría todavía estaba vigente. Y el cine reflejaba esa realidad. En esas películas el protagonista era el chico lindo, exitoso, afortunado a la hora de conquistar mujeres y de patriotismo muy marcado, que deseaba fervientemente honrar a los Estados Unidos de Norteamérica y se enlistaba en la marina/fuerza aérea/ejército/etc.

Top Gun es un ejemplo de esa clase de películas. El piloto Pete Mitchell, interpretado por un joven Tom Cruise, por sus excelentes aptitudes aeronaúticas, es convocado para formar parte del selecto grupo de aviadores de la Escuela de Armas de Combate. Siendo el hijo de un piloto que desapareció en combate, supuestamente, por errores propios; intentará todo el tiempo revertir la fama de su padre con proezas en el aire.

Durante los 109 minutos que dura la película, Mitchell pasa de ser un insoportable arrogante, un chico enamorado (hasta adorable), un amigo fiel, un patriota leal a su tierra, y luego un héroe.
        
Top Gun es una película que, con una historia de amor entre el protagonista y la rubia linda (Kelly McGillis) y una de rivalidad infundada con "Iceman" (Val Kilmer), intenta satisfacer insuficientemente tanto la necesidad de acción del hombre como la necesidad de romance de la mujer.

                 


Si con todo esto que te acabo de contar, todavía tenés ganas de verla, te doy dos opciones. Podés verla ONLINE o gastarte unos billetes e ir al cine a disfrutar un par de aviones y un Tom Cruise antes de convertirse a la Cienciología, porque Paramount reestrenó 25 años después este clásico de los ochenta y los proyecta en los principales cines del país.